Gustavo Calleja, ex subsecretario de Combustibles y miembro del grupo Moreno es uno de los grandes expertos en hidrocarburos de Argentina. Sostuvo que detrás del éxito brasileño hay "una política coherente que considera a los hidrocarburos un bien estratégico. La aplican desde 1945, en todos los gobiernos y sin excepción".
Clarín publica hoy la siguiente entrevista a Gustavo Calleja:
Las grandes diferencias con la Argentina
Gustavo Calleja, ex subsecretario de Combustibles y miembro del grupo Moreno es uno de los grandes expertos en hidrocarburos de Argentina. Clarín lo consultó sobre las diferencias entre las políticas que impulsa Brasil en la materia y las que guían el rumbo de nuestro país.
-¿Qué hay detrás del éxito brasileño?
-Una política coherente que considera a los hidrocarburos un bien estratégico. La aplican desde 1945, en todos los gobiernos y sin excepción. El general Horta Barboza, creador de Petrobras, era admirador de Mosconi y creó la empresa a imagen y semejanza de YPF.
-¿Y cuál es el pensamiento de Mosconi que continuaron?
-Que el petróleo es un bien estratégico. Jamás aceptaron que fuera un commodity, como ocurre acá desde Menem y Cavallo. Argentina es el único país del mundo que lo ve así. Brasil, además, buscó el autoabastecimiento a cualquier precio. Al revés de Argentina, que nunca exploró el mar y encontró crudo en tierra, a ellos en tierra no les fue bien. Entonces fueron al mar y hoy son la primera empresa del mundo, la más especializada, en off shore. Empezaron a descubrir yacimientos y Río se transformó en un Estado petrolero, no sólo turístico.
-Pero Petrobras no es una empresa estrictamente estatal...
-Es que para proteger a su empresa, para permitir que siguiera explorando e invirtiendo y poder disponer de esos millones y que no se los robara la Secretaria de Hacienda, como ocurría acá con la YPF estatal, la transformaron en mixta, pero todo lo maneja el Estado. Eso se ve por ejemplo cuando tienen que pelearse con Bolivia por el gas, y entonces Petrobras aparece como una empresa privada, pero después aparece el presidente Lula y arregla todo.
-¿Cuánto debió invertirse, y no se hizo, en la Argentina?
-Debieron ser al menos, entre 200 a 300 millones al año, que era lo que invertía la YPF estatal. Y se debió seguir con el plan Comodoro Rivadavia-Houston, con contratos de participación como los que hacen Petrobras, Chávez y los árabes.
-¿Cómo son esos contratos?
-El privado corre con el riesgo minero: si pierde, pierde, y si encuentra, el Estado se asocia en 50%. En Argentina se dejó que los privados manejaran todo, sin control del Estado. En Brasil, la figura del concesionario, que es quien decide cuánto se saca, a quién se vende y a cuánto, sólo la tiene Petrobras.
-¿Qué pasó acá?
-Desaparecida la YPF estatal nadie quiso correr riesgos: con los yacimientos en funcionamiento, todo era ganancia. Desde Menem a la fecha no se exploró nada, salvo 3 o 4 contratos en el mar celebrados por Enarsa, que son secretos.
-¿Cuánto se exploraba antes y cuánto ahora?
-Con YPF eran 250 pozos al año; ahora, 20 o 25. Lo que hay es sobreexplotación de yacimientos. El otro problema es que se permite exportar libremente. Brasil exporta excedente. La decadencia de las reservas viene de no explorar, explotar de más y exportar libremente. En 3 años no va a haber autoabastecimiento. Exportar fue violatorio de la Constitución: no se contempló la protección de las generaciones futuras.
Hinde Pomeraniec
Fuente: Clarín
Clarín publica hoy la siguiente entrevista a Gustavo Calleja:
Las grandes diferencias con la Argentina
Gustavo Calleja, ex subsecretario de Combustibles y miembro del grupo Moreno es uno de los grandes expertos en hidrocarburos de Argentina. Clarín lo consultó sobre las diferencias entre las políticas que impulsa Brasil en la materia y las que guían el rumbo de nuestro país.
-¿Qué hay detrás del éxito brasileño?
-Una política coherente que considera a los hidrocarburos un bien estratégico. La aplican desde 1945, en todos los gobiernos y sin excepción. El general Horta Barboza, creador de Petrobras, era admirador de Mosconi y creó la empresa a imagen y semejanza de YPF.
-¿Y cuál es el pensamiento de Mosconi que continuaron?
-Que el petróleo es un bien estratégico. Jamás aceptaron que fuera un commodity, como ocurre acá desde Menem y Cavallo. Argentina es el único país del mundo que lo ve así. Brasil, además, buscó el autoabastecimiento a cualquier precio. Al revés de Argentina, que nunca exploró el mar y encontró crudo en tierra, a ellos en tierra no les fue bien. Entonces fueron al mar y hoy son la primera empresa del mundo, la más especializada, en off shore. Empezaron a descubrir yacimientos y Río se transformó en un Estado petrolero, no sólo turístico.
-Pero Petrobras no es una empresa estrictamente estatal...
-Es que para proteger a su empresa, para permitir que siguiera explorando e invirtiendo y poder disponer de esos millones y que no se los robara la Secretaria de Hacienda, como ocurría acá con la YPF estatal, la transformaron en mixta, pero todo lo maneja el Estado. Eso se ve por ejemplo cuando tienen que pelearse con Bolivia por el gas, y entonces Petrobras aparece como una empresa privada, pero después aparece el presidente Lula y arregla todo.
-¿Cuánto debió invertirse, y no se hizo, en la Argentina?
-Debieron ser al menos, entre 200 a 300 millones al año, que era lo que invertía la YPF estatal. Y se debió seguir con el plan Comodoro Rivadavia-Houston, con contratos de participación como los que hacen Petrobras, Chávez y los árabes.
-¿Cómo son esos contratos?
-El privado corre con el riesgo minero: si pierde, pierde, y si encuentra, el Estado se asocia en 50%. En Argentina se dejó que los privados manejaran todo, sin control del Estado. En Brasil, la figura del concesionario, que es quien decide cuánto se saca, a quién se vende y a cuánto, sólo la tiene Petrobras.
-¿Qué pasó acá?
-Desaparecida la YPF estatal nadie quiso correr riesgos: con los yacimientos en funcionamiento, todo era ganancia. Desde Menem a la fecha no se exploró nada, salvo 3 o 4 contratos en el mar celebrados por Enarsa, que son secretos.
-¿Cuánto se exploraba antes y cuánto ahora?
-Con YPF eran 250 pozos al año; ahora, 20 o 25. Lo que hay es sobreexplotación de yacimientos. El otro problema es que se permite exportar libremente. Brasil exporta excedente. La decadencia de las reservas viene de no explorar, explotar de más y exportar libremente. En 3 años no va a haber autoabastecimiento. Exportar fue violatorio de la Constitución: no se contempló la protección de las generaciones futuras.
Hinde Pomeraniec
Fuente: Clarín
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