miércoles, 29 de febrero de 2012

Recuperar lo que se ha entregado

Resolución de la Honorable Convención Nacional de la Unión Cívica Radical del 27 de Noviembre de 1992.-

VISTO:La renuncia del Gobierno Nacional a la elaboración y conducción de la política de los recursos energéticos y de sus empresas vinculadas, consumando de esta forma la entrega de un resorte fundamental de la economía aprivilegiados extraños al interés argentino.
CONSIDERANDO:Que históricamente la Unión Cívica Radical ha sostenido que la propiedad de los recursos energéticos y la regulación de su explotación se mantenga en la órbita del Estado a fin de asegurar la concreción de una política nacional y racional que asegure un desarrollo equilibrado de todo el territorio nacional y el acceso a todos los habitantes de los productos y servicios energéticos.
Que las imperfecciones en el manejo de las empresas estatales energéticas nunca se puede aceptar como pretexto para su destrucción, por ser herramientas fundamentales para que el Estado Nacional, con el aporte de los Estados Provinciales, dando soporte a un sentido federal del País, logre una adecuada política energética.
Que la Unión Cívica Radical debe manifestarse con claridad, sin dar lugar a interpretaciones, su voluntad de agotar en el futuro todas las instancias para recuperar lo que se ha entregado.
Por lo expuesto;
LA HONORABLE CONVENCIÓN NACIONAL DE LA UNIÓN CÍVICA RADICAL
RESUELVE:
Art. 1) Asumir el compromiso histórico de realizar todas las acciones conducentes a recueperar para la Argentina la propiedad y el manejo de sus recursos energéticos.
Art. 2) Instruir a las autoridades partidarias, legisladores y a los candidatos del partido a diferentes cargos electivos a nivel Nacional y Provincial, para que expresen claramente esta voluntad de la Unión cívica -Radical en sus acciones y declaraciones.
27 de Noviembre de 1992.-
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Revisar los actos de entrega, un compromiso histórico

Resolución de la Honorable Convención Nacional de la Unión Cívica Radicaldel 4 de Julio de 1992.-

VISTO: La política para el sector energético llevada adelante por el Gobierno Nacional, que implica una auténtica involución ideológica y compromete negativamente la situación de varias generaciones futuras. Que en tal sentido, y mediante la constante transgresión de las leyes vigentes, se materializaron:
a) La aplicación del incremento de precios y tarifas de extraoridnaria magnitud, con la finalidad de brindar negocios sin riesgo e hiperrentables a los beneficiarios de las privatizaciones, que vedaron el acceso a quienes no disponían de los bienes afectados y limitaron la utilización para el resto de los usuarios.
b) La resignación de la capacidad de decisión nacional sobre los mercados energéticos, operada en favor de grupos empresarios nacionales y extranjeros.
c) El reemplazo del sistema energético nacionalmente integrado, por monopolios zonales, que funcionan irracional y costosamente pero tendrán la rentabilidad garantizada.
d) La venta a precio vil de los más valiosos activos de la Nación, como método de satisfacer sumisamente las exigencias financieras externas.
e) La destrucción y el desmantelamiento de las más importantes empresas estatales, tales como Yacimientos Petrolíferos Fiscales, Gas del Estado, Agua y Energía, SEGBA e Hidronor, que si bien perfectibles, resultaban herramientas imprescindibles para un desarrollo energético nacional. Y
CONSIDERANDO: Que desde siempre, para la Unión Cívica Radical el hombre común fue el único sujeto y objeto de sus políticas entre las que sobresale la energética. De tal forma, sus gobiernos aplicaron en el campo de la energía políticas que pusieron a disposición del conjunto de la población aquellos bienes con que la naturaleza dotó a nuestro territorio, y preservando para el Estado Nacional el derecho soberano que regule la explotación de las riquezas energéticas con la finalidad de evitar que malsanos intereses particulares, prevaleciendo por sobre los de la Nación, la utilizaran en su beneficio o la malgastaran irracionalmente.
En consecuencia, el radicalismo entiende que una política energética contemporánea - además de constituir la base de un proceso de desarrollo socialmente equitativo - debe consistir en asegurar que todos los que habiten suelo argentino puedan acceder al consumo de los bienes energéticos, en igualdad de oportunidades, sin distinciones fundadas en su nivel socioeconómico o lugar de residencia y en condiciones que les garantice la continuidad, calidad, y economicidad del servicio, la racionalidad en el uso y la preservación del medio ambiente.
En virtud de lo expresado precedentemente, le cabe la Estado Nacional la función indelegable de administrar los recursos energéticos, procurando la obtención de una correcta ecuación de consumo, ampliando sus disponibilidades, usando intensivamente aquellos considerados renovables y aplicando una concepción estratégica para los no renovables.
La Unión Cívica Radical, por mandato de su historia y de su doctrina, será inflexible en la condena de los responsables y está obligada a recuperar para la Nación la totalidad de los bienes que legítimamente le pertenecen. Por lo expuesto,
LA HONORABLE CONVENCION NACIONAL DE LA UNION CIVICA RADICAL
RESUELVE:
1) Asumir el compromiso histórico de revisar todos y cada uno de los actos realizados por el Gobierno actual. Ellos hayan sido ejecutados mediante decretos y/o leyes especiales, violentando la soberanía y comprometiendo la independencia económica de la Nación, o que impliquen una limitación al ejercicio del poder por parte de los futuros gobiernos.
2) Instruir a las autoridades partidarias y legisladores para que, dentro de los mecanismos que brinda el sistema democrático, realicen todas las acciones que estimen necesarias para impedir la concreción de la actual política energética, señalando expresamente las consecuencias negativas que tendrán para la mayoría de los argentinos.
3) De forma.-
4 de Julio de 1992.
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sábado, 4 de febrero de 2012

DEFENDAMOS NUESTRAS ISLAS

El Comité Provincial de la Unión Cívica Radical de Entre Ríos adhiere a las actividades y movilizaciones de diversas organizaciones sociales de nuestra provincia dirigidas a repudiar la sanción de la inconstitucional Ley 10.0092 y exigir su inmediata derogación. Esta absurda norma abre las puertas a la entrega de las islas y las tierras fiscales y pone en serio peligro los ecosistemas de nuestros humedales, contrariando expresas disposiciones de nuestra Constitución nacional y provincial en defensa del desarrollo sostenbile.
Convocamos a la ciudadanía entrerriana a participar activamente y a movilizarse en defensa de nuestros recursos naturales y nuestro patrimonio.-

José Antonio Artusi
Presidente
Comité Provincial de la UCR de Entre Ríos

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CASEROS ¿UNA DERROTA ARGENTINA?

Por Bernardo Salduna
“nosotros perdimos en Caseros, ellos (los norteamericanos) ganaron la guerra de Secesión, y empezaron un proceso de industrialización. Así de simple…” Ámbito Financiero, 23/11/2011, pág. 3. Esto se dijo por una alta autoridad nacional, en oportunidad de conmemorarse el aniversario de la Batalla de Obligado. ¿fue realmente así?¿es la batalla de Caseros una "derrota" nacional , contrapuesta a lo que significó la guerra civil norteamericana?

Para buscar una respuesta, repasemos en grandes líneas, uno y otro proceso histórico. EL PAIS SIN NOMBRE Hacia mediados del siglo 17 un grupo religioso estaba causándole serios problemas a la Corona de Inglaterra: se trataba del conocido como los "puritanos". De origen cristiano, acompañaron al Rey Enrique Octavo cuando este, para legitimar su matrimonio se separó de la Iglesia Católica, proclamándose a su vez jefe de una nueva confesión religiosa. Sin embargo, a poco andar, los puritanos cuestionaron tambien a las nueva Iglesia Anglicana, la que, a su juicio, conservaba mucho de los vicios y defectos que atribuían a la Iglesia de Roma. Los puritanos creían en la necesidad del trabajo duro, no consideraban pecado el progreso material, practicaban normas austeras y estrictamente morales de conducta, despreciaban el lujo y el derroche. Creían en la libre interpretación de la Biblia, y en la necesidad de enseñar a leer al pueblo, para que todos pudieran conocer el Libro Sagrado. Como su influencia habíase extendido y amenazaba provocar un conflicto con la Corona, y la religión oficial, el rey Jacobo I de Inglaterra, les propuso una salida: embarcarse rumbo a las colonias inglesas formadas en la región Este de América del Norte. Allí tendrían plena libertad para practicar su religión y vivir de acuerdo a su modalidad. La Corona inglesa les garantizaba tambien la posibilidad de tener su propio gobierno e instituciones, sujeto tan sólo a un juramento de fidelidad al Rey, el pago de algunos tributos y ciertas restricciones en materia comercial. Aceptado , por los puritanos, se embarcaron gran cantidad de familias en el legendario "Mayflower" y otros buques. Llegados a América del Norte se asentaron en lo que se conoció como las "Trece Colonias" , donde constituyeron Estados, con gobierno e instituciones parlamentarias y judiciales propias, que pronto prosperaron y adquirieron enorme importancia, rivalizando incluso con la Metròpoli inglesa. Cuando las contradicciones alcanzaron su punto máximo, llegó el choque militar y la Independencia. Las trece colonias, pasaron a ser Estados que se unieron en Confederación para enfrentar al enemigo colonial.Es curioso: la nueva Nación a formar carecía de un nombre propio, debiendo adoptar el de "Estados Unidos".Esa "Unión" era, no obstante, precaria: de la Confederación se paso a un Estado Federal, donde los Estados particulares conservaban el derecho de secesión, esto es, de separarse si algo no les gustaba.Cuando los Estados del Sur, descontentos con las leyes relativas a los esclavos negros, quisieron hacer uso de esta atribución, estalló la sangrienta guerra que se llamó , precisamente, "de Secesión" y que culminó en 1865, tras cinco años de lucha con el triunfo del Norte industrial, sobre el Sur, algodonero y esclavista.El Estado Federal, se transformó en Unión, desapareciendo el derecho a segregarse.Fue, como se dijo, la base del surgimiento de una gran potencia, industrial y militar. EN EL RIO DE LA PLATADistinto fue el proceso entre nosotros. Por empezar, cuando se declaró formalmente nuestra independencia de España, en el territorio del Río de la Plata, no existían, propiamente, esas entidades autónomas que en el Norte de América se llamaron estados y aquí se conocieron como "Provincias". Había, nada más, divisiones administrativas, creadas por la Corona española, mandadas por funcionarios españoles. Nada de auto gobierno, hábitos de vida cívica o de participación ciudadana. En Buenos Aires, desde 1810 , intentó conformarse una especie de poder nacional, que organizó los primeros ejércitos patrios, pero que, en razón de profundas divergencias con la ciudad-puerto fue resistido por varias regiones del interior: Paraguay, primero y más tarde la Banda Oriental terminaron separándose definitivamente. La disolución de los ejércitos de la Independencia -en especial el del Norte- permitió el surgimiento de caudillos lugareños -Bustos en Córdoba, Ibarra en Santiago del Estero, Quiroga en La Rioja, Aldao en Mendoza- que con los restos de la milicia aprovecharon a hacerse fuertes y tomar el poder en sus respectivas comarcas. Catamarca se separó del Tucuman; La Rioja de Córdoba, Cuyo se dividió en tres provincias, etc. Los respectivos caudillos-por lo común fuertes hacendados o comerciantes- ejercían en el territorio a su mando un poder patriarcal autoritario, más o menos ´dictatorial según las características de cada uno. Lo peor es que las "provincias", como así se llamaba a estas divisiones territoriales, artificiales en la mayoría de los casos, por lo general carecían absolutamente de recursos para mantenerse. La excepción era Buenos Aires, dueña, no sólo de las mejores tierras de ganaderís, sino de la aduana y el puerto que controlaba la entrada y salida de buques y mercadería por la boca del Río de la Plata, el más ancho del mundo. Durante el largo gobierno dictatorial de Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires con "la suma del poder público", las provincias del interior vivían encerradas en si mismas, con aduanas interiores e impuestos al tránsito y "pastaje", en la mayor de las miserias y el atraso, La Confederación Argentina, que así se llamaba sólo en el papel porque no existía ninguna autoridad nacional, no tenía ni un metro de via férrea, ni un barco a vapor, mientras existían ferrocarriles y telégrafos en Chile, Brasil y hasta Paraguay. Chile tenía más cantidad de población. en lo que era nuestro territorio apenas si vivían menos de un millón de personas, analfabetas en un 90%. La agricultura casi no existía se importaba hasta la harina con que se hacía el pan. Los únicos que vivían bien y se enriquecían eran hacendados y comerciantes de Buenos Aires que gozaban de las ventajas del control de su Aduana, en manos de las autoridades de la Provincia privilegiada. Los pocos productos que venían del interior tenían que exportarse desde Buenos Aires, donde se pagaban en oro y plata. Pero el gobierno de Rosas prohibía sacar el "metálico" y mandaba al interior simples bonos de papel, sin ningun valor. Este fue uno de los motivos principales que el entonces gobernador de Entre Ríos, Justo José de Urquiza se rebelara contra tal orden de cosas. Y encabezara una coalición formada principalmente por los gobiernos de Entre Ríos y Corrientes,-principales provincias perjudicadas por el monopolio de la aduana porteña- que el 3 de febrero de 1852 enfrentó y derrotó en la Batalla de Caseros a las huestes del dictador porteño. Bien, dejemos de lado la batalla en sí: interesa destacar sus consecuencias. La más importante fue el dictado de una Constitución Federal, en 1853. Esta Constitución colocó las Aduanas en manos del Estado nacional , quitándoselas a la provincia de Buenos Aires. Eliminó las Aduanas interiores y estableció la libre navegación de los ríos, por lo cual el comercio internacional pudo hacerse a través tambien de todos los puertos de las Provincias del Litoral. Lo más importante: creo y organizó el Estado nacional con un Congreso y un Poder Judicial y delimitó claramente los poderes y atribuciones de las Provincias que sólo a partir de entonces pudieron considerarse tales. Que, a pesar de las vicisitudes y problemas que siguieron, el sistema no anduvo del todo mal, lo revela el hecho que aproximadamente cincuenta años más tarde de puesta en vigencia la Constitución Argentina era el primer país de América Latina y septima economía del mundo. Primer exportador de granos y carne, tenía la mayor red ferroviaria y telegráfica de América del Sur, una población multiplicada en varias veces, con aportes de miles de inmigrantes llegados de todo el mundo y el menor número de analfabetos de América del Sur.Australia y Canadá quedaban muy por abajo, y México y Brasil, ni figuraban en las estadísticas.La batalla de Caseros, y su posterior consecuencia la Constitución de 1853/60, pues, lejos de significar una "derrota", representó para la sociedad ae¡rgentina, una "bisagra" para superar el atraso y aislamiento feudal y saltar a la modernidad Hoy, cuando las cifras citadas estan al revés -Brasil es la sexta economía mundial y Argentina en el puesto 27- pareciera que el fracaso no estuvo en seguir el camino institucionalizador, consecuencia de Caseros, sino más bien en haberse apartado de él.
BERNARDO I. SALDUNA

Asoc. "Justo José de Urquiza"
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