sábado, 15 de marzo de 2008

Los años de plomo

Por Gustavo Aramburu

El subsecretario de Derechos Humanos, Rodolfo Mattarollo, calificó al juicio por "masacre de Trelew", como "el más importante después del juicio a las Juntas Militares". Realmente que se haga justicia después de 36 años, es algo valorable e importante para la lucha contra la impunidad, pero estas declaraciones parecen encuadrarse en una estrategia oficial de exhibir la política de derechos humanos actual como única e inigualable, desmereciendo en absoluto la política de derechos humanos y lucha contra la impunidad que el gobierno de Alfonsin llevo a cabo desde el primer día de gestión.

Una cosa fue sentar en el banquillo de los acusados- cosa que el Peronismo con Luder no iba a hacer – a los genocidas en los primeros años de nuestra frágil democracia, y otra es perseguir judicialmente con total justicia pero sin peligro alguno a octogenarios a los que solo un grupúsculo de defensores del proceso militar atinan a defender.
La masacre de Trelew y muchos de sus históricos ingredientes permitan repensar nuestro pasado reciente:
1.- Sin lugar a dudas el CAPITAN SOSA fue un fiel y primigenio ejecutor de practicas terribles que la ARMADA ejecutaría años después. Merecido es que a el y a quienes lo acompañaron les caiga el peso de la ley.
2.- La intima vinculación que el peronismo tuvo con la violencia política de esos años, y que solo un sesentismo infantil carente de autocrítica puede desconocer.
O nadie se acuerda del tristemente célebre comisario Alberto Villar -luego jefe de policía de Perón y uno de los mentores de Ia Triple A- que irrumpió con tanquetas en Ia sede del Partido Justicialista donde se velaban los cadáveres de tres de los asesinados.
Villar, Osinde, Ezeiza, la Triple A , estas joyitas que nadie asume como propias. Fueron estas organizaciones parapoliciales delictivas las que atentaron contra Hipólito Solari Yrigoyen, y quienes después colaboraron con la represión ilegal que se llevo la vida de alguien que tuvo que ver con los hechos de Trelew, actuando humanitariamente y como defensor de la integridad de las futuras victimas MARIO ABEL AMAYA.
3.- El Ministro del Interior del gobierno de LANUSSE, a diferencia del Brigadier Ezequiel MARTINEZ no tuvo oportunidad de defensa o descargo, al Dr. Arturo Mor Roig, lo ultimaron por la espalda el 15 de julio de 1974 en un cruel y cobarde atentado perpetrado por la organización terrorista Montoneros.
Un comando de dicha agrupación lo sorprendió almorzando en un sencillo restaurante de San Justo, ya que a diferencia de la nueva clase política, desde su regreso al llano se ganaba la vida como abogado de una fabrica de la zona y escribiendo notas en el diario EL DIA de LA PLATA.
Es loable que décadas después llegue la justicia, es tan necesaria en nuestro país, como la memoria, la verdad y fundamentalmente la autocrítica de quienes actuaron en aquellos años de plomo.

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