Por Diego Guelar
Y ocurrió el milagro, miles de jóvenes envueltos en banderas y pancartas rojo y blancas llenaron a tope el Luna Park para homenajear a los 25 años de democracia en la persona del Presidente electo ese 30 de octubre de 1983: el Dr. Raúl Alfonsín.Unos pocos que nos hicimos presentes sin ser radicales, no pudimos evitar la emoción del momento y aplaudimos en reiteradas oportunidades al presidente de la Juventud Radical, al de la agrupación universitaria Franja Morada y al presidente del Comité Nacional de la UCR, Senador Gerardo Morales. En primera fila estaban Lilita Carrió y el Vicepresidente Julio Cobos, haciendo honor a la cultura política que los formó y donde pasaron la mayor parte de su vida adulta. Aunque fuera por un par de horas, el Partido Centenario parecía munido de la misma energía que cuando nació en la Revolución de 1890, cuando ganó las elecciones de 1916 , cuando se retiró de la Convención Constituyente de 1949, cuando desgajó de su tronco en forma dolorosa pero multiplicadora a Arturo Frondizi y a Oscar Alende, cuando colmó con un millón de simpatizantes la Av. 9 de Julio después que obtuvo 54% de los votos o cuando pareció resurgir de la mano de la fórmula De La Rua – Álvarez en su tragicómica última decepción.En el cierre, una video conferencia desde su casa con un Raúl Alfonsín imposibilitado físicamente de concurrir al acto, pero intacto en su mística y en su retórica y siempre dispuesto a recordarnos que la política se regenera todas las veces que haga falta de la mano de las nuevas generaciones.No puedo ocultar que sentí alguna sana envidia. No había cientos de micros en la puerta ni gente arriada como ganado tal como ocurre en las movilizaciones del “Peronismo oficial”. Tampoco la asepsia marketinera de mi incipiente PRO que celebró el éxito electoral en la Capital (más de un millón de votos – 61% de los emitidos) con un ágape de 1400 personas con invitaciones formales y un catering de fiesta de quince.La política es movilización, pasión, épica histórica y la vocación por concretar un sueño superador. Si no hay eso, sólo queda el cinismo y la corrupción. Los políticos no podemos ser sólo gerentes ni utópicos obsesivos. Tampoco ladrones.Más allá de sus errores, al final del camino el Dr. Raúl Alfonsín nos recuerda que hay una historia Argentina noble y perfectible. Los elogios que le vertieron en mensajes para la ocasión los presidente Lula y Bachelet y los ex - presidentes Ricardo Lagos, José Sarney, Felipe González y Julio Sanguinetti, nos recordaron que Argentina encabezó la transición democrática de los 80’s en Sudamérica y que todos nuestros vecinos tienen una deuda de gratitud para con la actitud Argentina de solidaridad y estímulo creativo en el nacimiento y desarrollo del proceso de integración regional.Hemos coleccionado frustraciones, pero también momentos imperecederos de gloria. Así ocurre con las grandes naciones que, aunque pierdan el rumbo durante décadas, saben resurgir de sus cenizas.
(*) Secretario de Relaciones Internacionales de PRO
ALEJANDRO CARBÓ
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Alejandro Carbó Ortiz nació en Paraná el 16 de abril de 1862 y murió en
Córdoba el 1º de julio de 1930. Se destacó como docente y legislador. Tres
de s...
Hace 4 días
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