El Jueves 4 de Junio, a las 11 hs y 17 hs., en los dos turnos de la Escuela Tecnica Enrique Mosconi de la localidad de Quilmes Centro- (500 alumnos en total ), se hicieron presentes los compañeros del Movimiento Oro Negro-FeTERA en los actos por la recordación del fallecimiento del General-Ingeniero Enrique Mosconi.
En nombre de los trabajadores de Yacimientos Petroliferos Fiscales el Compañero Luis Bejarano expresó a los alumnos y docentes palabras que lo recordaban desde la mirada de los trabajadores:
"El 4 de junio de 1940 fallece en Buenos Aires el General Enrique Mosconi. Después de un largo y penoso destierro que le fuera impuesto por la dictadura militar que derrocara el gobierno constitucional en septiembre de 1930.
Fue su delito haber sido el responsable de la planificación, la organización y la conducción de la gloriosa epopeya argentina de atreverse a enfrentar, competir y derrotar, en el terreno técnico y comercial, a las multinacionales petroleras más poderosas del mundo que hasta entonces monopolizaban el incipiente mercado Nacional.
Al frente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, demostró rotundamente la falsedad de que “el Estado es mal administrador.”.., “que solamente la iniciativa privada es competente para estos negocios..”, “que estos emprendimientos requieren enormes capitales...”, que no se disponen en el país de recursos tecnológicos..”, etc...etc.
Antes de YPF, cuando solo mercantilizaban las privadas multinacionales, la nafta costaba al pueblo argentino entre 34 a 38ctvs. en Buenos Aires y más de 43ctvs. en el interior del país.
El 17 de febrero de 1930, la joven empresa estatal argentina impone el precio de 20ctvs. en todo el ámbito de la Nación, forzando a las petroleras extranjeras a restringir los abusivos precios con que hasta ese entonces rapiñaban al país y les arrebató el contralor de la comercialización petrolera en la República Argentina.
La ciudadanía y los sectores ligados a las fuerzas productivas nacionales, quedaron cabalmente esclarecidos respecto a el efecto que producía la llegada de YPF a recónditos lugares de nuestra amplia patria, el enorme volumen de compra de la empresa a los proveedores nacionales de insumos, la gran cantidad de puestos de trabajo calificado directos e indirectos que la actividad de la empresa nacional demandaba, el movimiento comercial, el desarrollo comunitario de servicios, de salud, la capacitación profesional etc., que todo ello implicaba.
También quedó muy claro en la opinión pública que las Empresas del Estado, junto al desarrollo de la Tecnología Nacional son palancas estratégicas para lograr la independencia económica de nuestro país revelando que la energía es la locomotora que empuja a un país al progreso industrial.
A los intereses foráneos perjudicados porque la enorme renta petrolera pasaba al servicio del pueblo en lugar de fugarse del país y sus poderosos portavoces locales, les llevó muchos años lograr hacer desparecer estos conceptos de la memoria colectiva, para así poder consumar el colosal vaciamiento de los recursos materiales y humanos de la Nación del que fuimos testigos.
No es casualidad que producido el golpe del 76, los militares buscaban para requisar como literatura subversiva la biografía del General Mosconi que meses antes publicara el diario “La Opinión”, pretendiendo hacernos olvidar que los argentinos fuimos capaces de construir una experiencia sin precedentes en la historia petrolífera mundial y que más allá de los altibajos y del sabotaje, los logros de Yacimientos Petrolíferos Fiscales estuvieron signados por el éxito, un éxito notable y aleccionador que demostró que sí se puede y que la falacia de que el estado es intrínsicamente mal administrador, es el pretexto interesado de aquellos que defienden un provecho que no es el del país.
Cuando se hable de la responsabilidad de nuestra generación por la pérdida del capital social heredado producto del esfuerzo de nuestros abuelos, se dirá que ese despojo se pudo concretar a pesar de los luchadores que jamás se rindieron. Por ello, queremos recordar al trabajador petrolero quilmeño, Oscar Ruben Abarzúa en nombre de todos los compañeros que no sabemos donde yacen, pero que si sabemos que allí permanecen, guardando fidelidad al mandato de no arriar jamás la bandera que nos diera el Gral. Mosconi.
Los trabajadores de la energía nunca dejaremos de marchar en primera fila, con nuestros estandartes de Liberación Nacional y con la ideología de nuestro comandante petrolero de que “la Patria no se agota en el pasado, ni el presente,...es el futuro que no existe y que no existirá si no se brega por él”.
5 de junio del 2009
MOVIMIENTO ORO NEGRO – FeTERA – CTA QUILMES -( De ex Trabajadores de YPF y PGM .)
http://www.oronegroypf.com.ar/
En nombre de los trabajadores de Yacimientos Petroliferos Fiscales el Compañero Luis Bejarano expresó a los alumnos y docentes palabras que lo recordaban desde la mirada de los trabajadores:
"El 4 de junio de 1940 fallece en Buenos Aires el General Enrique Mosconi. Después de un largo y penoso destierro que le fuera impuesto por la dictadura militar que derrocara el gobierno constitucional en septiembre de 1930.
Fue su delito haber sido el responsable de la planificación, la organización y la conducción de la gloriosa epopeya argentina de atreverse a enfrentar, competir y derrotar, en el terreno técnico y comercial, a las multinacionales petroleras más poderosas del mundo que hasta entonces monopolizaban el incipiente mercado Nacional.
Al frente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, demostró rotundamente la falsedad de que “el Estado es mal administrador.”.., “que solamente la iniciativa privada es competente para estos negocios..”, “que estos emprendimientos requieren enormes capitales...”, que no se disponen en el país de recursos tecnológicos..”, etc...etc.
Antes de YPF, cuando solo mercantilizaban las privadas multinacionales, la nafta costaba al pueblo argentino entre 34 a 38ctvs. en Buenos Aires y más de 43ctvs. en el interior del país.
El 17 de febrero de 1930, la joven empresa estatal argentina impone el precio de 20ctvs. en todo el ámbito de la Nación, forzando a las petroleras extranjeras a restringir los abusivos precios con que hasta ese entonces rapiñaban al país y les arrebató el contralor de la comercialización petrolera en la República Argentina.
La ciudadanía y los sectores ligados a las fuerzas productivas nacionales, quedaron cabalmente esclarecidos respecto a el efecto que producía la llegada de YPF a recónditos lugares de nuestra amplia patria, el enorme volumen de compra de la empresa a los proveedores nacionales de insumos, la gran cantidad de puestos de trabajo calificado directos e indirectos que la actividad de la empresa nacional demandaba, el movimiento comercial, el desarrollo comunitario de servicios, de salud, la capacitación profesional etc., que todo ello implicaba.
También quedó muy claro en la opinión pública que las Empresas del Estado, junto al desarrollo de la Tecnología Nacional son palancas estratégicas para lograr la independencia económica de nuestro país revelando que la energía es la locomotora que empuja a un país al progreso industrial.
A los intereses foráneos perjudicados porque la enorme renta petrolera pasaba al servicio del pueblo en lugar de fugarse del país y sus poderosos portavoces locales, les llevó muchos años lograr hacer desparecer estos conceptos de la memoria colectiva, para así poder consumar el colosal vaciamiento de los recursos materiales y humanos de la Nación del que fuimos testigos.
No es casualidad que producido el golpe del 76, los militares buscaban para requisar como literatura subversiva la biografía del General Mosconi que meses antes publicara el diario “La Opinión”, pretendiendo hacernos olvidar que los argentinos fuimos capaces de construir una experiencia sin precedentes en la historia petrolífera mundial y que más allá de los altibajos y del sabotaje, los logros de Yacimientos Petrolíferos Fiscales estuvieron signados por el éxito, un éxito notable y aleccionador que demostró que sí se puede y que la falacia de que el estado es intrínsicamente mal administrador, es el pretexto interesado de aquellos que defienden un provecho que no es el del país.
Cuando se hable de la responsabilidad de nuestra generación por la pérdida del capital social heredado producto del esfuerzo de nuestros abuelos, se dirá que ese despojo se pudo concretar a pesar de los luchadores que jamás se rindieron. Por ello, queremos recordar al trabajador petrolero quilmeño, Oscar Ruben Abarzúa en nombre de todos los compañeros que no sabemos donde yacen, pero que si sabemos que allí permanecen, guardando fidelidad al mandato de no arriar jamás la bandera que nos diera el Gral. Mosconi.
Los trabajadores de la energía nunca dejaremos de marchar en primera fila, con nuestros estandartes de Liberación Nacional y con la ideología de nuestro comandante petrolero de que “la Patria no se agota en el pasado, ni el presente,...es el futuro que no existe y que no existirá si no se brega por él”.
5 de junio del 2009
MOVIMIENTO ORO NEGRO – FeTERA – CTA QUILMES -( De ex Trabajadores de YPF y PGM .)
http://www.oronegroypf.com.ar/
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