miércoles, 1 de julio de 2009

PRESUPUESTO PARTICIPATIVO: HABLEMOS EN SERIO…

Por José Antonio Artusi
¿ Tiene sentido poner en marcha un complejo mecanismo de deliberación y participación ciudadana para decidir acerca de la aplicación de menos del 1% del presupuesto municipal, cuando además la mayor parte de las obras públicas trascendentes de la ciudad son realizadas con fondos provinciales y nacionales, sobre cuyo destino no se consulta a nadie, ni siquiera a los concejales, naturales depositarios de la representación popular ?

Siendo pre-candidato a Intendente, en Mayo de 1999, hace ya 10 años, propuse - a modo de contrato social con mis potenciales votantes - un plan con 100 propuestas básicas, que denominé "100 ideas para transformar Concepción del Uruguay". Se trataba de iniciativas concretas, agrupadas en 10 ejes estratégicos. La cuestión del presupuesto participativo estaba presente en al menos 4 de esas 100 ideas. Me tocó ser, de esa manera, quien por vez primera propuso públicamente instrumentar el mecanismo del presupuesto participativo en nuestra ciudad.
Posteriormente, el entonces concejal socialista Pablo Pescio presentó durante la gestión 1999-2003 un proyecto de ordenanza por el que se proponía la instauración del "presupuesto participativo" en la Municipalidad de Concepción del Uruguay.
El 30 de Noviembre de 2006, en la Audiencia Pública realizada en el marco de la Auditoría Ciudadana , el entonces concejal radical Fabián Parlatto, Guillermo Vázquez y yo incluimos entre nuestras propuestas el instituto del presupuesto participativo.
A 10 años de aquella primera propuesta, a casi 6 años del inicio de la gestión Bisogni, a casi 3 años de la Auditoría Ciudadana ; el Departamento Ejecutivo Municipal ha anunciado la intención de instrumentar esta herramienta de participación ciudadana. Bienvenido sea, más vale tarde que nunca…
De todos modos, un elemental sentido de responsabilidad y de honestidad intelectual me obliga a advertir acerca del riesgo de que una implementación inadecuada lo termine distorsionando, resulte ineficaz, y por ende finamente pierda legitimidad ante la ciudadanía.
¿ Qué es el presupuesto participativo ?
Podemos definir al presupuesto participativo como un sistema de formulación, seguimiento, y control del presupuesto público, mediante el cual la población determina a través de debates y consultas las prioridades y la localización de un determinado porcentaje de las inversiones. En este sentido, es tanto un mecanismo de participación ciudadana como una valiosa herramienta de planificación de la gestión pública, por lo general a nivel local.
¿ Donde nació la idea ?
Se trata de una metodología que adquirió notoriedad a partir del éxito de su implementación por parte de la Municipalidad de Porto Alegre, luego de la llegada al poder del Partido de los Trabajadores, en 1989. Como consecuencia de la repercusión de esta experiencia pionera, se comenzó a aplicar en otros ciudades brasileñas y aún a nivel estadual. En nuestro país y en el Uruguay comenzaron lentamente a desarrollarse algunas experiencias, con éxitos y fracasos, quizás con predominancia de éstos.
¿ Cuáles fueron los principios básicos iniciales del presupuesto participativo en Porto Alegre ?
PARTICIPACION
La participación social está concentrada en el presupuesto público, por ser la pieza central de la acción de gobierno. Se trata de "compartir el poder con la comunidad".
UNIVERSALIDAD
Se trata de un sistema en el que la participación está abierta directamente a todos los ciudadanos, y no sólo a las instituciones y organizaciones de la comunidad.
COMPLEMENTARIEDAD
El presupuesto participativo se concibe como una herramienta complementaria de las instituciones representativas, y no como una alternativa para su eliminación o para un menoscabo de sus funciones y atribuciones constitucionales y legales. Es en este sentido un intento por combinar formas de democracia directa y democracia representativa.
PUBLICIDAD
El presupuesto participativo tiene un carácter abierto, público, y todas sus instancias y reuniones son ampliamente divulgadas.
¿Cuáles son las ventajes teóricas y los potenciales aspectos positivos de un presupuesto participativo a nivel municipal ?
DEMOCRACIA PARTICIPATIVA
El presupuesto participativo puede constituir un proceso concreto de democracia participativa, involucrando a muchos ciudadanos en el debate y en la toma de decisiones públicas.
PLANIFICACIÓN ESTRATEGICA
El presupuesto participativo puede ser una valiosa herramienta de planificación, que se articule armoniosamente con otras en el marco de un plan estratégico de desarrollo local.
PROMOCION DE UNA SOCIEDAD CIVIL ACTIVA
El presupuesto participativo puede ser un factor que estimule el desarrollo de una sociedad civil activa y responsable, que puede por lo tanto estar en mejores condiciones de participar en otros procesos similares.
EQUIDAD
El presupuesto participativo puede servir para mejorar la distribución de los recursos públicos, favoreciendo a los sectores más postergados.
EFICIENCIA
El presupuesto participativo puede mejorar el desempeño gubernamental en su totalidad, incrementando la eficiencia de la gestión pública.
TRANSPARENCIA
El presupuesto participativo puede servir como un valioso elemento de lucha contra la corrupción y el clientelismo, transparentando la asignación de los recursos públicos.
LEGITIMIDAD
La participación, la eficiencia y la transparencia en la adopción de acuerdos sociales básicos contribuyen a legitimar las decisiones que surgen de todo el proceso, facilitando la gobernabilidad y la viabilidad estratégica de los proyectos priorizados
¿Cuales serían los mínimos requisitos de un presupuesto participativo?
Todo lo antedicho suena muy lindo, y corremos el riesgo de plantear un panorama idílico si no advertimos acerca de los riesgos que supone una inadecuada implementación del presupuesto participativo, y si no señalamos que esta herramienta de gestión, como cualquier otra, presenta algunos requisitos básicos que son imprescindibles si pretendemos un mínimo de eficacia. Lamentablemente, no observamos por el momento que estos riesgos y requisitos previos estén todavía suficientemente tenidos en cuenta.
¿ Cuáles serían esos requisitos mínimos ?
Voluntad política efectiva. La decisión de descentralizar el poder debe ser contundente y no una mera declamación. Ello que implica involucrar un monto razonable. ¿ Tiene sentido poner en marcha un complejo mecanismo de deliberación y participación ciudadana para decidir acerca de la aplicación de menos del 1% del presupuesto municipal, cuando además la mayor parte de las obras públicas trascendentes de la ciudad son realizadas con fondos provinciales y nacionales, sobre cuyo destino no se consulta a nadie, ni siquiera a los concejales, naturales depositarios de la representación popular ? Tarso Genro, quien fuera dos períodos alcalde de Porto Alegre, consideró que “el Alcalde de Porto Alegre decide mucho menos que cualquier otro, pero sus decisiones han sido fundadas en decisiones colectivamente articuladas y eso le hace un alcalde mucho más fuerte que los otros. Renuncia a decidir muchas cosas, pero eso amplía extraordinariamente su representación política”.
Articulación en el marco de un verdadero presupuesto por programas. Hoy en día el presupuesto municipal es meramente una serie de números que la sociedad desconoce, que se modifican a voluntad del Ejecutivo a lo largo del ejercicio, y que no permite medir metas ni evaluar la eficiencia y la eficacia de la asignación de los fondos públicos.
Formar parte de un plan de desarrollo local. Concepción del Uruguay carece absolutamente de herramientas de planificación de su desarrollo. En el marco de la improvisación y la falta de información clave para la toma de decisiones; ¿ tiene sentido consultar a la ciudadanía acerca del destino de fondos que no se sabe en qué contexto van a ser invertidos ?
Rigor metodológico: no se trata de soplar y hacer botella; implementar mecanismos de presupuesto participativo no ha sido sencillo en ninguna parte, se requiere un mínimo de evaluación de las técnicas a utilizar.
Articulación coherente con otras herramientas de participación ciudadana, hoy ausentes o subutilizadas.
No es grato ser agorero, pero no me queda otra alternativa; si no se resuelven adecuadamente de manera previa estos interrogantes, corremos el riesgo de poner en marcha un mecanismo que puede llegar a generar primero expectativas pero luego frustraciones; y el remedio puede ser peor que la enfermedad, pues es muy difícil revertir el descrédito de la ciudadanía cuando se la convoca a participar en instancias que terminan siendo estériles. Como señala acertadamente Fernando de la Riva , “la ciudadanía es muy escéptica y está muy quemada de pasadas y fallidas experiencias en las que se la invitó a participar, a opinar, a implicarse… y luego recibió una sonora pedo­rreta en las mismas narices. Ahora no va a serle fácil arrancarla del televisor y de la basura rosa. Harán falta muchas campañas y, sobre todo, muchos buenos ejemplos por parte de las instituciones para convencerles de la sinceridad de sus intenciones”
Estamos a tiempo. Ojalá que el debate que debe darse en el Concejo Deliberante, y en el conjunto de la sociedad, sirva para perfeccionar una norma que cree un verdadero y genuino presupuesto participativo, y no un pálido remedo que de aquel sólo tenga el nombre.-

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