En una demostración más de la desesperación del oficialismo por intentar revertir lo que parece inevitable, la derrota de su candidato a Presidente en la segunda vuelta del 22 de Noviembre, a algunos de sus "militantes" no se les ha ocurrido mejor idea que mandar a pintar algunos cordones de Concepción del Uruguay con la leyenda "La UCR no vota a Macri". Repudiamos que se caiga tan bajo y se pretenda por esta vía confundir al electorado, pero no deja de halagarnos por otro lado que se recurra al predicamento del radicalismo para intentar, aunque sea vanamente, conseguir el favor de los ciudadanos indecisos.
Los radicales uruguayenses, como los de todo el país, votamos a Ernesto Sanz en las PASO y votamos a Mauricio Macri en las generales, porque Balbín nos enseñó que el que gana conduce y el que pierde acompaña, y que no importa quien lleva el palo sino la bandera; y obviamente estamos militando de manera pública y entusiasta por el triunfo de la fórmula de Cambiemos en el balotaje. Lo hacemos por múltiples razones, que exceden la disciplina partidaria a la que de todos modos estamos obligados y siempre procuramos honrar.
En la Convención de Gualeguaychú la Unión Cívica Radical dió una vez más una muestra de democracia interna y de debate apasionado pero respetuoso y tolerante como mecanismo de resolución de conflictos y de toma de decisiones. Estamos orgullosos de ser un partido nacional que recurre a estas prácticas. Unos y otros, los que resultaron mayoría y minoría en aquella prolongada sesión, acataron y aceptaron lo resuelto, como corresponde a nuestras mejores tradiciones. Y construímos entonces Cambiemos, junto a otros partidos afines, pues lo que estaba en juego era nada más y nada menos que garantizar la vigencia de dos requisitos básicos de cualquier sistema democrático y republicano: el equilibrio político y la posibilidad de la alternancia en el poder, ambos amenazados por la vocación hegemónica del peronismo kirchnerista. Tal desafío implicaba la necesidad ineludible de aunar fuerzas frente a un adversario poderoso e inescrupuloso, que no vacila en usar de la manera más descarada y perversa todos los recursos del Estado como si fueran propios en pos de su permanencia en el gobierno y garantizar así la impunidad ante los innumerables hechos de corrupción que salpican todos los niveles de la administración pública y que, lejos de constituir anécdotas aisladas, conforman más bien un sistema de acumulación económica al servicio de la consolidación de poder político.
Los resultados de las PASO y de las generales nos demostraron que habíamos emprendido el camino correcto. Sin el aporte del radicalismo a la consolidación de Cambiemos muy probablemente hoy no estaríamos hablando de segunda vuelta y el candidato oficialista sería el Presidente electo. Hicimos posible el cambio a nivel nacional, que debe hacerse efectivo el 22 de Noviembre. En Entre Ríos recuperamos una enorme cantidad de municipios y juntas de gobierno, la mayoría de cuyos gobiernos estarán a cargo de hombres y mujeres de nuestro partido. En el Departamento Uruguay 2 municipios y 2 juntas de gobierno serán gobernadas por Cambiemos y hemos incrementado nuestra representación de concejales y vocales donde nos toca ejercer la oposición.
El 22 de Noviembre la opción es clara. Por un lado, la candidatura de Scioli, uno de los peores gobernadores de la historia de la Provincia de Buenos Aires, que representa una continuidad decadente y hasta vergonzante del kirchnerismo, pero continuidad al fin de un modelo populista y autoritario, corrupto y mentiroso, que está muy lejos de representar los anhelos de cambio de la enorme mayoría de la sociedad. Del otro la candidatura de Mauricio Macri en Cambiemos, una coalición de partidos democráticos y republicanos, que viene a proponer un programa de gobierno que comience en serio a luchar contra la pobreza y que reconstruya las bases de una sociedad integrada y tolerante. Votamos a Cambiemos porque no queremos volver a los 90, década de la que Scioli y muchos de los que integran el actual gobierno son sus más fieles exponentes. Votamos a Cambiemos para terminar con la farsa kirchnerista que se disfraza de nac&pop tratando de ocultar su verdadero rostro, tan parecido al menemista aunque el relato fascistoide intente disimularlo: hegemónico y conservador en lo político, excluyente y clientelar en lo social, concentrador, prebendario y de capitalismo de amigos en lo económico, incapaz de transformar la sociedad en un sentido de progreso y de verdadera construcción de ciudadanía. Votamos a Cambiemos porque quienes gobiernan han demostrado ser incapaces de encarrilar a la Argentina por la senda del desarrollo sostenible, a pesar de la mejor oportunidad que le regaló el mundo en toda su historia.
Votamos a Cambiemos porque las diferencias circunstanciales que tenemos con otros partidos en nuestra coalición no nos hacen perder de vista que las contradicciones que tenemos con el oficialismo son insalvables y se expresan en la dicotomía entre la continuidad de un modelo decadente o la posibilidad de un cambio transformador que recupere la República y haga posible comenzar a construir la democracia social por la que siempre luchamos.Votamos a Cambiemos porque queremos un gobierno honesto y transparente, que se comprometa a que sus prioridades sean Pobreza Cero, terminar con el narcotráfico y unir a los argentinos.
El 22 de Noviembre, los radicales votamos Cambiemos, Macri Presidente.-
Milagros Osuna, Presidente del Comité Departamental Uruguay de la Juventud Radical
Silvio Gallay, Vicepresidente del Comité Departamental Uruguay de la Juventud Radical
Ernesto Bulay, Presidente del Comité de Municipio de la UCR de Concepción del Uruguay
José Luis Gurne, Vicepresidente del Comité de Municipio de la UCR de Concepción del Uruguay
José Antonio Artusi, Presidente del Comité Departamental Uruguay de la UCR
Guillermo Vázquez, Vicepresidente del Comité Departamental Uruguay de la UCR
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