A partir de las preguntas elaboradas por el Consejo Publicitario Argentino en su campaña "La educación es tarea de todos", el semanario El Día de Concepción del Uruguay consultó a los legisladores provinciales electos del Departamento Uruguay sobre sus visiones acerca de la educación entrerriana.
En la nota publicada en el día de hoy, con la firma de Adrián Garnier, se reflejan algunas de las respuestas del Senador Electo Carlos Schepens, del Partido Justicialista, y del Diputado electo José Antonio Artusi, del radicalismo.
A continuación, reproducimos las respuestas completas que brindara Artusi al cuestionario enviado por El Día:
"¿Qué porcentaje del presupuesto destina hoy la provincia a la educación? ¿Qué porcentaje destinaría usted?
Más allá de que el gobierno aduce cumplir con el precepto constitucional de destinar el 25 % de las rentas generales a la educación, lo cierto es que a pesar de que el Poder Ejecutivo ha dado a conocer en Internet el detalle de lo ejecutado en el primer semestre del año en curso, no desglosa la información que permitiría conocer el porcentaje de recursos invertidos efectivamente en el sector educativo. Además, este gobierno provincial, al igual que hace el gobierno nacional, es proclive a subestimar los ingresos en los cálculos de recursos, de modo que termina gastando más de lo que presupuesta, y los porcentajes en ese caso se modifican.
Soy partidario de aumentar los recursos destinados a la educación, cumpliendo efectivamente y sin subterfugios lo que manda la Constitución, y aumentando progresivamente los porcentajes de acuerdo a las posibilidades financieras de la provincia. Esto implica, siendo realista, que no habrá solución de fondo a la financiación del sistema educativo sin una ley de coparticipación federal de impuestos que redistribuya fondos con equidad hacia las provincias, y sin una reforma impositiva a nivel nacional y provincial, con sentido progresista.
¿Cuáles son las prioridades para la inversión de esos recursos?
Hoy las prioridades pasan por la recomposición salarial de los docentes, por la infraestructura edilicia de las escuelas, y por la capacitación de los docentes. De todos modos, una buena política educativa no puede estar escindida de la política social. Hay que eliminar de raíz la indigencia en la población infantil entrerriana; hoy existen recursos para ello. Hay que implementar una renta básica de ciudadanía para todos los gurises en edad escolar, que les permita comer en su casa, con su familia, como corresponde. Ello permitiría desterrar en un futuro no demasiado lejano los comedores escolares, porque no serían más necesarios.
¿Si tuviese que optar una de las tres grandes acciones que cubren amplios recursos educativos, cuál privilegiaría por encima de las otras: (a) aumentar los salarios docentes, (b) aumentar la oferta de escuelas y cargos docentes para incluir nuevos alumnos, (c) aumentar la cantidad de horas de clase para los sectores más desfavorecidos?
La prioridad debe ser recomponer el poder adquisitivo del salario docente, pero no creo que sean cuestiones excluyentes; insisto, una buena política educativa no puede divorciarse de una buena política social; hay que tener maestros bien pagos, en escuelas decentes, que les enseñen a chicos sanos, que no tengan necesidades básicas insatisfechas, y que coman todos los días en su casa, con sus padres y sus hermanos. Lograr eso, ya sería un salto cualitativo gigantesco.
¿Cree que es prioritario aumentar los subsidios destinados al sector privado de la educación o piensa favorecer la inversión en la educación pública? ¿Por qué?
No cabe duda, hay que privilegiar la educación pública. Y hay que reforzar sus atributos centrales, desde la gloriosa Ley 1420: pública, gratuita, laica, y obligatoria. La educación pública es la mejor inversión que podemos hacer; será la base de nuestro crecimiento económico, la garantía de la cohesión y la integración social, y el fundamento de una democracia de ciudadanos y no de clientes. Por algo Sarmiento hablaba de “educar al soberano”, y decía que “las escuelas son la democracia”. Sarmiento tiene otra frase, menos conocida, que a mí me parece genial: ”El abismo que media entre el palacio y el rancho lo llenan las revoluciones con escombros y con sangre. Pero yo les indicaré otro sistema de nivelarlos: la escuela”. Hay que volver a ese espíritu, el de la escuela pública como el gran factor de integración de una comunidad; espíritu al que siempre, invariablemente, adhirió el radicalismo. La escuela pública fue la que logró que en la Argentina los inmigrantes se asimilaran a los criollos y se integraran entre sí, y que prácticamente no hubiera conflictos étnicos ni raciales. La decadencia de la escuela pública fue la decadencia del país. La escuela pública permitió la movilidad social ascendente. No habrá progreso económico, ni desarrollo social, ni república democrática sin una educación pública de calidad para todos.
¿Cuál diría que es el principal problema de la educación en su provincia? ¿Cuál será su programa para contrarrestarlo?
Creo que no puede hablarse de un único problema, es un núcleo problemático, con factores que interactúan entre sí, y se potencian como un círculo vicioso: maestros mal pagos, escuelas sin mantenimiento, la marginación social de vastos sectores de nuestra población, falta de planificación, falta de evaluación de resultados, etc..
El programa pasa por lo que dije antes: concebir a la educación como un derecho personal y social garantizado por el Estado, respetar la autonomía del Consejo General de Educación, aumentar los recursos, recomponer progresivamente el salario docente, planificar a corto y mediano plazo un plan en serio de infraestructura educativa, poner en marcha un programa de renta básica de ciudadanía para los chicos en edad escolar vinculado solamente a la asistencia a la escuela y al centro de salud, mejorar la capacitación y actualización permanente de los docentes, priorizar la inversión en escuelas de sectores marginales, promover la participación de los padres en la escuela, planificar diseños curriculares y evaluar resultados, capacitar a las autoridades de las escuelas en planificación estratégica para mejorar la gestión, asegurar un mínimo de 180 días de clase, hacer en el inicio del año escolar una prueba de nivel en todas las escuelas, plantear un examen general para certificar aptitudes básicas al terminar los estudios secundarios similar a los que tienen países vecinos, normalizar la UADER para garantizar su autonomía, diseñar una política de ciencia y tecnología para el desarrollo provincial, etc.."
Fuente: www.losprincipiosonline.com.ar
ALEJANDRO CARBÓ
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Alejandro Carbó Ortiz nació en Paraná el 16 de abril de 1862 y murió en
Córdoba el 1º de julio de 1930. Se destacó como docente y legislador. Tres
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Hace 4 días
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