domingo, 30 de marzo de 2008

Campo, crisis y patota

Luego del patético discurso de la presidenta Cristina Kirchner en todo el país la gente salió a protestar de un modo que no se veía desde el 2001. Podría afirmarse que este hecho se debía al apoyo de gran parte de la ciudadanía a reclamo de los productores agropecuarios, pero el problema del campo en realidad fue la gota que rebalsó el vaso. La gente se cansó del "estilo" de la prepotencia, la arrogancia, el patoterismo y la soberbia, evidenciado por ese discurso.

Se trató de una de los mayores errores que puede cometer un gobernante, intentar enfrentar a un pueblo contra otro sector del mismo pueblo metiendo a todos los productores en la bolsa de la "oligarquía terrateniente", cuando está claro que el aumento de las retenciones afecta mayormente a los chacareros y no a los grandes productores que tienen mucho más resto para afrontar la medida. Cabe además considerar que esta medida perjudica enormemente a los pueblos del interior cuya subsistencia se sostiene en la actividad de esos pequeños productores.

El gobierno intenta ampararse en la idea de federalismo y la redistribución de la riqueza. Si es así que digan en que se utiliza el enorme superávit fiscal. Seguramente no lo hacen en salud, ni en infraestructura energética ni en educación. Un ejemplo de esto lo vemos en el ruinoso estado de nuestras rutas, la crisis energética, un Hospital de Clínicas al borde del colapso y salarios docentes de vergüenza. Esto demuestra que la política recaudatoria solo apunta a mantener llenas las arcas del clientelismo político, recaudar para redistribuir entre las provincias que le son fieles, los punteros barriales, y sus patéticas fuerzas de choque.

Por último, siendo fieles al "estilo K", había que acallar la movilización espontánea de la gente. Del mismo modo que se oculta la inflación falseando los datos del INDEC, que se miente descaradamente sobre los fondos de Santa Cruz, que se esconde el pasado menemista de los K y las valijas que andan dando vueltas por ahí, ahora había que frenar y minimizar ese acto de libertad de expresión a través de una brutal represión. Esto último no es algo nuevo, ya lo habíamos visto durante los gobiernos autoritarios que asolaron nuestro país en el pasado. Pero esta vez perfeccionaron el método, en lugar de utilizar a las fuerzas de seguridad utilizaron a las patotas mercenarias de D´Elía cuyos palos y puños reemplazaron a los bastones policiales de entonces mientras las patotas de Moyano en las rutas amenazan con hacer lo mismo.

Los argentinos queremos un país equitativo, justo y democrático, sin subsidios a empresarios ineficientes amigos del gobierno, sin índices dibujados y sin patotas.


Guillermo Meyer
Tomás Oscar Scotto
Grupo La 3ra – Militancia Radical, Sección 3ra, CABA
http://ucrlatercera.serverdelsur.com.ar

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