Por Enrique Pereira
Secretario de Formación Política del Comité Nacional de la UCR
A treinta y dos años del comienzo oficial del genocidio, con el prólogo asesino de las “Tres A” del ministro López Rega y sus sicarios, la Unión Cívica radical, fiel a su historia, a su trayectoria, en homenaje a los mártires de ambas etapas de esas tablas de sangre, exalta los valores vivificantes de la democracia, la tolerancia, la paz y las justicias, la legal y la social. Sin la una la otra no existe, es palabrerío vano y estafador.
Sin esas Justicias la democracia es una cáscara. Sin democracia verdadera el Congreso, las Legislaturas y los cuerpos municipales son simples escribanías del mandamás.
Esto es así, aun cuando con verborragia seudo izquierdista se pretendan tapar las realidades. Ellas están allí, se volverán, mas temprano que tarde contra los que abusan haciendo teatro de democracia, ignorando de ex profeso, la práctica leal y sincera de la compulsa de ideas, argumentos y oportunidades.
El golpe aquel, el que comenzó de hecho López Rega y le siguieron Massera, Videla, Camps, Bussi, Martínez de Hoz, Cavalllo y toda esa recua de auténticos pistoleros, ladrones y torturadores, merece todos y cada uno de los calificativos desdorosos del rico idioma castellano.
Pero esa lección terrible, que terminó con la locura entre alcohólica y vesánica de la utilización de un símbolo sagrado para los argentinos, como fue la supuesta recuperación de las Islas Malvinas, y la retirada con la cola entre las piernas de los satánicos sujetos, a los que el Partido actualmente en poder quiso perdonar, sin lograrlo y cuando pudo los indultó, esa lección no terminó de aprenderse.
Nos olvidamos del abrazo de Perón y Balbín y de toda la carga real y simbólica que ella tuvo. Los dos prohombres, por décadas fuertemente enfrentados, al igual que radicales y peronistas, quisieron amigar a la sociedad y lo lograron.
Los pretensos herederos del primero, a esta altura, solo gozan con la sensualidad del poder, por el poder mismo, una vez con él se mimetizan y niegan su propio pasado. Nosotros, los radicales, que hasta hemos pedido perdón en forma concreta, individual y colectiva, por los yerros graves, verdaderas traiciones -como las cometidas por Fernando de la Rua y sus servidores en el lamentable paso de la Alianza por el gobierno- hoy lo reiteramos y bien sabe el pueblo argentino que los radicales podemos equivocarnos, y lo estamos nuevamente reconociendo, pero no hemos sido ni seremos, mentirosos y falaces.
Nosotros no queremos destruir a los Partidos. Nosotros no nos dejaremos destruir con los ingentes recursos con los que tienta y compra, en innoble mercadeo, el gobierno a dirigentes que fueron radicales y dejaron de ser en el mismo segundo en que mostraron las bisagras en su lomo reverencioso ante la zanahoria que se le planta en sus fauces angurrientas.
La derrota definitiva de los golpistas asesinos se logrará, cumpliendo los deberes esenciales de una democracia fuerte y verdadera, no montando escenarios de zarzuela bufa que engañan un rato, pero que no engañan para siempre. Ni un INDEC trucho, ni contratando a Horangel, servirán para que la memoria no esté teñida de sarcasmo.
Queremos participar los radicales de un repudio absoluto, de la totalidad del pueblo, no que se adueñe un sector –el del Poder Ejecutivo-. haciendo creer que sus amigos tuvieron el monopolio del dolor y el sufrimiento, simplemente por tratarse ello de una vil mentira.
Stalin, fue el maestro. Musssolini, Hitler y Franco hacían lo mismo. Modificaban la historia. La ponían al servicio de sus bastardas ansias de poder. Así les fue y son la escoria. Nunca alcanza la gloria el que miente. Apenas, quizás, una gloriola momentánea.
Y en este nuevo aniversario de aquel golpe de la tiranía asesina y entreguista, con respeto para todas y cada una de las víctimas, para sus familias, con el recuerdo permanente de los compatriotas y extranjeros que aquí desaparecieron, la Unión Cívica Radical rinde en nombre de su pasado, de su presente y de su futuro el mas fraternal de sus homenajes y el mas devoto de los recuerdos.
ALEJANDRO CARBÓ
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Alejandro Carbó Ortiz nació en Paraná el 16 de abril de 1862 y murió en
Córdoba el 1º de julio de 1930. Se destacó como docente y legislador. Tres
de s...
Hace 4 días
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