miércoles, 11 de junio de 2008

No habrá "redistribución de la riqueza" sin federalismo fiscal

Por José Antonio Artusi
La alusión a una supuesta "redistribución de la riqueza" se ha transformado en una especie de muletilla que - en boca de los gobernantes K - ya provoca hastío. Por incoherencia entre lo que dicen y lo que hacen; ante una realidad que sólo ellos parecen no ver. Realidad que muestra cómo - por efecto de la inflación - la disminución de los índices de pobreza e indigencia se detuvo el año pasado, y que el crecimiento económico va de la mano con una cada vez más desigual distribución de la renta.Si lo que queremos es "redistribuir la riqueza" en serio hay que comenzar por recuperar el federalismo fiscal.Si lo hacemos, las provincias tendrán los recursos que necesitan, por ejemplo, como demostraremos, para lograr hacer desaparecer la incidencia de la indigencia en la población entrerriana entre 0 y 14 años, garantizar la seguridad alimentaria de la población en esa franja y avanzar de manera contundente en la erradicación del trabajo infantil y en la disminución de la deserción escolar.El INDEC estima - mediante proyecciones estadísticas - una población de 1.255.787 personas para el año en curso. De ese total, es razonable suponer que 335.155 tienen entre 0 y 14 años (promediando los valores que para este segmento etáreo proyecta el INDEC para los años 2005 y 2010).¿Cuantos de ésos gurises entrerrianos viven en hogares por debajo de la línea de indigencia, o sea en condiciones de pobreza extrema, o lo que es lo mismo, no pueden satisafecer cotidianamente necesidades básicas alimentarias ?Lamentablemente, es difícil saberlo a ciencia cierta para un ciudadano que no tiene acceso a las estadísticas del INDEC o de la Dirección Provincial de Estadísticas y Censos. Pero podemos, a falta de datos públicos más actualizados, hacer algunas estimaciones sobre la base de los últimos datos que el propio INDEC divulgó en su página web, correspondientes al último semestre del año 2006. En este período, en Concordia el 19,5% de los menores era indigente, y en Paraná el 11,8%. Habría que relevar la Encuesta Permanente de Hogares en otras localidades - como propongo en un proyecto de resolución de mi autoría - para tener un panorama más completo de la realidad provincial. De todos modos, a manera de aproximación, y aún a sabiendas de la falta de rigor metodológico, podríamos promediar ambos porcentajes y suponer que se acerca al total de la provincia. En ese caso, el 15,65% de los menores de 14 años en ese momento eran indigentes. ¿ Si así fuera, cómo evolucionó ese índice desde entonces ? Lamentablemente, tampoco se ha dado a conocer información oficial en este sentido. Pero supongamos, al solo efecto de articular una hipótesis, que este índice se ha mantenido invariante. Algunos podrán sostener que debió haber bajado por efecto de la reactivación económica y la disminución del desempleo, otros podrán argumentar que el efecto corrosivo de la inflación ha presionado a la suba, unos y otros tendrían algo de razón. En ese caso, tendríamos hoy 52.451 menores de 14 años indigentes en nuestra provincia.Si así fuera, debe quedar claro que es tremendamente simple, sencillo, e irrelevante desde el punto de vista del costo fiscal lograr que no haya más entrerrianos indigentes entre los 0 y los 14 años.Basta con reconocer a todos estos ciudadanos del mañana el derecho a percibir del Estado una Renta Básica de Ciudadanía, que les garantice un piso mínimo de satisfacción de necesidades básicas, un umbral elemental de "condiciones materiales para la libertad". Supongamos que fijamos el monto inicial de esa RBC - que luego debiera hacerse extensiva a otras franjas de la población, pero "los únicos privilegiados son los niños" y "primero los gurises" - en $ 160. Ello implicaría una erogación mensual de $ 8.392.160, lo que hace un total anual de $ 100.705.920.Equivale a el 1,81% % del presupuesto provincial 2008.O el 4% de lo que los productores entrerrianos aportarán este año en concepto de retenciones.O el 9,13% de lo que la provincia recibiría adicionalmente si el gobierno nacional cumpliera el Art. 7º de la Ley de Coparticipación Federal de Impuestos, que establece un piso del 34% destinado a las provincias.El Estado tiene el instrumento financiero adecuado, la tarjeta SIDECREER. Se le otorgaría a las madres de los menores, destinada a adquirir alimentos. Estaría sólo sujeta a que los chicos vayan a la escuela todos los días, no trabajen, y concurran periódicamente al centro de salud. Sería una inversión a futuro de enorme impacto. En salud (¿Quien le dijo a la Sra. Presidenta que la construcción de nuevos hospitales es una prioridad, el Arq. De Vido ?), en educación, en seguridad, en construcción de ciudadanía. El propio programa originaría un ahorro en prestaciones que van a ir teniendo menor demanda, como es el caso de los comedores escolares. Miles de chicos entrerrianos volverían a comer en su casa, con su familia, como corresponde. No es verdad que no se puede. Lo que falta es voluntad política; ideas y recursos sobran. Se trata de una cuestión de asignación de prioridades.Que haya en Entre Ríos chicos que tengan que vivir bajo la línea de la indigencia (pobreza extrema), o sea que no pueden acceder siquiera a una canasta básica de alimentos, es una situación intolerable, moralmente inaceptable, que vulnera derechos humanos inalienables. Sobre todo porque es materialmente posible, en el corto plazo, revertir esa situación.Para redistribuir la riqueza en serio, no hay que insistir de manera irracional con impuestos distorsivos y unitarios como las retenciones móviles, que ningún país desarrollado aplica, y que están llevando al país a un conflicto estéril que día a día afecta la economía generando desocupación y pobreza. Basta con gravar las ganancias de los productores, como las de otros sectores de la economía, y cambiar de raíz las políticas sociales, dejando de lado los vigentes programas clientelares para pasar a políticas universales que garanticen derechos y construyan ciudadanía. Y si la Sra. Presidenta quiere verdaderamente socializar rentas extraordinarias, debiera comenzar - entre otros ítems -por recuperar para los argentinos la renta petrolera que ella misma contribuyó a extranjerizar en los hoy innombrables '90. Sólo así la tan mentada y poco ejecutada "redistribución de la riqueza" dejará de ser un slogan vacío con el que se hace demagogia inconducente desde un atril para comenzar a transformarse en una realidad concreta.-

No hay comentarios: