Al cumplirse 90 años de la Reforma Universitaria, la UCR presentó el miércoles 25 de junio, en el Salón Arturo Illia del Senado de la Nación, un proyecto de Ley Universitaria Argentina que reconoce la más amplia autonomía a las casas de estudio y promueve la creación de un organismo de fomento y desarrollo integral del sistema universitario.
“El campo ha demostrado al país que la delegación de facultades hacia el poder centralizado entró en crisis”, aseguró el titular de la UCR, senador Gerardo Morales al inicio de esta presentación y agregó “hoy, en la celebración de los 90 años de la Reforma Universitaria, no podemos estar ajenos al conflicto que mantiene en vilo al país desde hace más de 100 días”.
“El proyecto que estamos presentando pretende ser un aporte para otro debate necesario: el de la Educación”, enfatizó el senador jujeño y continuó “cuando se trataron las leyes de Financiamiento Educativo o de Educación Técnica, consideramos avances importantes y a la vez destacamos el esfuerzo de cada jurisdicción para sostener el principio de centralidad en el manejo de recursos, y nos opusimos a esos principios”.
“Esta iniciativa toma los ejes que el radicalismo ha llevado en alto por más de 100 años, y es un homenaje a los revolucionarios del 18” sostuvo Morales y agregó “la Reforma Universitaria Argentina fue una guía para toda América Latina, y nos dio tres premios Nobel en Ciencia”.
Tras las palabras del titular de la UCR, los Diputados Nacionales José Ignacio García Hamilton y Sergio Varisco se refirieron al nacimiento del movimiento reformista y sus consecuencias en la educación argentina del último siglo. A su turno el Diputado Rúben Lanceta explicó los alcances del proyecto del radicalismo. También encabezaron esta presentación el Senador Nacional y vicepresidente de la Comisión de Educación y Cultura, Roy Nikisch y el vicepresidente del Bloque de Diputados del radicalismo, Pedro Azcoiti.
Para concluir el acto, hizo uso de la palabra el Vicepresidente del Bloque de diputados de la UCR , Pedro Azcoiti, quien luego de valorar y agradecer los distintos aportes recibidos para la elaboración de este proyecto, se refirió al sentido transformador de la reforma universitaria, a la que calificó de una verdadera revolución, cuyo vigencia perdura y que incluso se reflejara en algunos de los postulados de las jornadas del Mayo francés de 1968.
Luego de reivindicar su militancia reformista durante su paso por la universidad, años en los cuales –recordó- no regía la reforma en los claustros, Azcoiti afirmó que el proyecto presentado tanto por los diputados como senadores radicales, recoge los principios reformistas de siempre para ponerlos al servicio de las demandas y desafíos del sistema universitario actual.
Azcoiti concluyó su intervención expresando su deseo “que a partir de esta nueva ley desaparezcan los dolores y florezcan las libertades”, en una clara referencia al Manifiesto liminar de 1918 cuando afirmaba que “los dolores que quedan son las libertades que faltan”.
Rectores de las universidades nacionales; docentes e investigadores; autoridades de la Franja Morada; diputados y senadores nacionales participaron de la presentación de la iniciativa que ha sido ingresada días pasado en ambas Cámaras atento al inminente tratamiento legislativo. (S-1899/08 y D-3258/08)
El proyecto recupera la mejor tradición autónoma de las universidades argentinas que supone una concepción contemporánea que reúne en la misma institución dos actividades básicas de la sociedad civil actual: la transmisión de saberes del nivel más alto, así como la creación de conocimientos originales en las diferentes disciplinas.
El fundamento se inscribe en el desarrollo de esas actividades en una amplia autonomía académica, tanto en la relación de las universidades con el Estado como al interior de cada universidad misma.
A los fines de preservar del modo más completo esa autonomía, el Estado confiere mediante sus leyes la facultad para organizarse y darse a sí misma sus propios estatutos, forma de gobierno y elección de sus autoridades.
La autonomía de las universidades públicas como instituciones sociales dedicadas a la producción y difusión de conocimientos tienen como contracara la responsabilidad de dar respuestas a la sociedad acerca de cómo incrementar la cantidad y la calidad de la producción científica; favorecer la participación de otros sectores de la sociedad en programas de desarrollo; desarrollar nuevos instrumentos para acercar las acciones de las universidades al mundo del trabajo y transferir conocimientos al Estado para la formulación e implementación de políticas públicas.
Todos estos son claros ejemplos de acciones que coadyuvan al logro de la pertinencia social de las universidades, y que no provienen ni suponen exclusivamente las demandas del mercado.
Los puntos sobresalientes del proyecto
Reconoce la más amplia autonomía a las universidades delegando en ellas su organización institucional y académica y estableciendo mínimas regulaciones que recogen las tradiciones de la universidad reformista e incorporando regulación en materia de aseguramiento de la calidad universitaria.
Aunque las Universidades Nacionales son autónomas, se considera necesario instancias de coordinación del sistema, por ello se plantea la existencia de un Consejo Nacional de universidades, de un Consejo de Coordinación Regional de la Educación Superior, del Consejo Interuniversitario Nacional y del Consejo de Rectores de Universidades Privadas. En los casos en que los miembros pertenezcan a instituciones públicas y privadas, se jerarquiza la participación de las primeras ya que cumplen un papel primordial en la democratización de este nivel de enseñanza y albergan más del 80% de la matrícula universitaria.
Se incluyen por primera vez, representantes de los estudiantes y de los Gremios Docentes en el Consejo Nacional de Universidades.
Se introduce un capítulo destinado a la garantía de la calidad, con la participación de una Agencia como organismo descentralizado del Ministerio de Educación en reemplazo de la actual CONEAU reforzando la voz de las Universidades Nacionales.
Se reafirma la potestad exclusiva de las instituciones universitarias para el otorgamiento, tanto de títulos habilitantes de grado, como de posgrado.
Como una innovación destacada, se propone la creación del Instituto para el Desarrollo de la Educación Universitaria Nacional y Regional para el fomento y desarrollo integral del sistema universitario tendientes a la mejora de la calidad y pertinencia de las instituciones universitarias. Por un lado, se promueve el logro de una real igualdad de oportunidades y posibilidades educativas atendiendo al problema de permanencia de los estudiantes en el sistema y el logro de niveles de calidad equivalentes en distintas instituciones; por otro, mejorar los mecanismos de vinculación entre la universidad y la sociedad, fomentando la integración sistemática de las universidades en las redes de actores para el desarrollo local a través de acciones de extensión y voluntariado social universitario; promoviendo mejoras en la transferencia de la investigación al sector productivo, principalmente a las Pymes (los parques científicos tecnológicos y las incubadoras de empresas).
Se aborda la regulación en lo referido con las instituciones universitarias provinciales y extranjeras.
Asistieron a esta presentación, entre otros, la Decana de la Facultad de Psicología, Sara Slapak; el Rector de la Universidad del Centro, Marcelo Spina; por la Universidad Nacional del Litoral, Mario Gimelli; el secretario general de la Universidad de Buenos Aires, Carlos Mas Vélez; el Senador Nacional, Alfredo Martínez; la Diputada Nacional, Silvia Storni; el presidente de la Federación Universitaria Argentina, Mariano Marquinez; por la Juventud Radical, Juan Nosiglia y Emiliano Raso; por Franja Morada, su Secretario General Darío Utz.
Buenos Aires, 25 de junio de 2008.-
ALEJANDRO CARBÓ
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Alejandro Carbó Ortiz nació en Paraná el 16 de abril de 1862 y murió en
Córdoba el 1º de julio de 1930. Se destacó como docente y legislador. Tres
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