Ponencia presentada en el XII Congreso Mundial del Basic Income Earth Network (“Desigualdad y desarrollo en una economía mundializada: la opción de la renta básica”) celebrado los días 20 y 21 de junio de 2008 en el University College de Dublín.
Por David Casassas y Daniel Raventós
Introducción
De algún modo esta ponencia puede verse como una continuación de nuestras contribuciones al “debate de la BIS” sobre “renta básica y el legado republicano”: querríamos insistir en algunos puntos y clarificar otros. Ello es porque pensamos que una presentación de cómo nos gustaría contribuir actualmente en forma de doce tesis que se enuncian sumariamente puede ser una buena forma de poner algo de orden en torno a todas estas ideas. Esperamos que éste sea el caso.
1 Punto de partida que debe ser enfatizado muy claramente: el republicanismo gira en torno a una idea central: los individuos no pueden ser libres si su existencia material no está garantizada políticamente.
2 Ahora. ¿Cómo mensurar los límites sociales de la comunidad cuyos miembros deberían tener su existencia políticamente garantizada? Históricamente han existido dos formas de republicanismo: el republicanismo oligárquico y el republicanismo democrático. Ambos han compartido la concepción de la libertad „Ÿlos individuos no pueden ser libres si su existencia material no está garantizada„Ÿ, la diferencia radica en el hecho de que la porción de la población que debe tener garantizado el derecho a la existencia material no es la misma.
3 Según el republicanismo oligárquico, la libertad sólo alcanza „Ÿy sólo debe alcanzar„Ÿ a aquellos hombres que poseen alguna forma de propiedad, algún conjunto de recursos materiales que los haga independientes.
4 Por el contrario, el republicanismo democrático sostiene que la libertad debe alcanzar a todos los hombres y mujeres que viven en la comunidad. Todos los individuos deben tener su existencia material políticamente garantizada. En el mundo contemporáneo, en que la ciudadanía formal ha sido universalizada, la perspectiva que debe abrazarse es el republicanismo democrático.
5 Es importante advertir que el republicanismo no entiende la igualdad como igualdad de recursos; antes bien, concibe la igualdad como lo que podríamos denominar libertad recíproca. En efecto, la igualdad, la reciprocidad en el ejercicio de la libertad, emerge en una comunidad en que las instituciones políticas reconocen la igualdad civil a todos sus miembros y, por tanto, confiere a todos sus miembros el estatus de actores sociales materialmente independientes.
6 Según el republicanismo, todas las interferencias arbitrarias son limitativas de la libertad. Con todo, los datos empíricos muestran que algunas de ellas son más significativas que otras. En otras palabras, cuando se trata de comprender cómo actúan las actuales instituciones sociales y cuando se trata de prescribir cómo deberían hacerlo. Los fraudes o mentiras son interferencias arbitrarias que pueden tener efectos negativos en la vida de los agentes interferidos. Sin embargo, la estructura de las sociedades contemporáneas no se basa en fraudes y mentiras, sino en derechos de propiedad. Y eso nos permite afirmar que la principal distinción que debe hacerse para comprender las sociedades contemporáneas es la distinción entre ricos y pobres. Veamos por qué,
7 Ya hemos dicho que lo que realmente importa a fin de construir la libertad individual es el goce de independencia material. Es por ello por lo que nos interesa retomar la distinción aristotélica entre gente rica y pobre. Gente rica y gente pobre significan respectivamente ‘gente independiente’ y ‘gente dependiente’ (de otros). Esta distinción es normativamente más relevante que los criterios basados en niveles de ingreso, como el 50% de la renta per cápita. De hecho, según el republicanismo, alguien puede tener niveles muy altos de ingreso „Ÿporque el amo o propietario de la unidad productiva sea benévolo o porque un nivel muy alto de RB sea sostenible„Ÿ sin que ello signifique que esa persona sea libre (o “más libre” que antes de la aplicación de tal RB); lo que debe analizarse es si esa persona es independiente (en su existencia material) de la voluntad de otros o no. En las sociedades contemporáneas, la gente rica suele poseer un conjunto de bienes materiales que les garantiza la existencia, y la gente pobre suele tener que venderse a sí misma, cinco días a la semana o más, a los propietarios de esos recursos materiales a fin de subsistir, habitualmente convirtiéndose en trabajadores asalariados.
8 Tanto por razones normativas como técnicas que no tenemos tiempo de especificar ahora, pensamos que una RB de una cantidad al menos igual al umbral de pobreza es la mejor forma, en las sociedades contemporáneas, de garantizar la existencia material a toda la población conforme al ideal republicano democrático.
9 No obstante, es importante retener que, además de este “motivo”, debe considerarse también algún tipo de “límite”. Veamos por qué. En las sociedades capitalistas de hoy día, aquellos hombres que poseen grandes sumas de recursos materiales „Ÿespecialmente las empresas multinacionales„Ÿ tienen la capacidad de interferir arbitrariamente en el conjunto de oportunidad de millones de personas, tienen la capacidad de moldear la estructura de los mercados y condicionar la naturaleza de economías enteras, tienen la capacidad de imponer las condiciones laborales en el puesto de trabajo, tienen la capacidad de desposeer a millones de pobres „Ÿdependientes„Ÿ de las formas tradicionales o alternativas de gestionar el ámbito productivo „Ÿtanto en países pobres como ricos„Ÿ, tienen la capacidad de condicionar la agenda y las decisiones políticas. Es por esto por lo que es muy importante que la RB constituya una parte de un paquete de medidas destinadas a garantizar a la existencia material de todos los individuos trabajando en dos frentes: Primero: garantizando una base para conferir una posición de fuerza, de ahí el importante papel de la RB. Segundo: el control de grandes acumulaciones de riqueza y poder económico „Ÿde ahí el importante papel de la regulación de los mercados para expandir el conjunto de oportunidad de los individuos tanto como sea posible; sin esto, una RB (incluso una RB sustantiva) podría ser incapaz de proporcionar libertad efectiva„Ÿ. Incluso con una RB alta, mi capacidad para poner en marcha mis planes de vida puede disminuir sustancialmente si los derechos de propiedad están ordenados de tal manera que me priven de la oportunidad de realizar ciertas actividades (por ejemplo, las barreras de entrada a los mercados o simplemente la “apropiación originaria” de los medios de producción pueden excluirme de tener opción de usarlos).
10 ¿Y qué hay de la virtud cívica? ¿Socava la incondicionalidad de los esquemas de la RB la estructura moral del orden social republicano? Esas cuestiones exigen una definición detallada de la virtud cívica. La virtud republicana debería entenderse como un conjunto de disposiciones cognitivas enfocadas a un doble objetivo. En primer lugar, la virtud es la capacidad de administrar racionalmente los recursos que constituyen el propio ámbito privado, de tal manera que los planes de vida puedan efectivamente ser puestos en práctica de forma consistente con lo que uno es, puede ser y quiere ser. En segundo lugar, la virtud es la capacidad del individuo de participar en el proyecto colectivo implicándose en la articulación y reproducción de esas instituciones políticas que deben garantizar su libertad. Ello significa que, al menos en nuestra versión del ideal republicano, la virtud cívica no está ligada a ninguna doctrina comprehensiva. Insistimos: la participación de los individuos en el ámbito público no está guiada por ninguna noción de la buena vida, sino por la conciencia de que la oportunidad de poner en práctica los propios planes de vida depende del éxito de las instituciones políticas en desmantelar toda forma de cadenas de dependencia material, en hacer de la vida social un espacio que garantice verdaderas oportunidades individuales para desplegar sus identidades. De hecho, ésta es la principal razón por la que las instituciones públicas republicanas deberían mostrar un profundo interés en aplicar medidas destinadas a universalizar la independencia material, como la RB. Así, la incondicionalidad de los esquemas de la RB no sólo no socava la estructura moral del orden social republicano, sino que constituye una herramienta necesaria para la emergencia de tal política republicana.
11 La RB puede dejar de ser la garantía óptima de la independencia material. Otras propuestas o aun mecanismos existentes capaces de garantizar republicanamente la existencia material puedan desempeñar el papel que pensamos que la RB podría jugar en las sociedades contemporáneas. Lo que ahí hace falta es un conjunto de criterios normativos y técnicos para comparar y seleccionar una de las opciones que tenemos a nuestra disposición.
12 Permítasenos acabar esbozando „Ÿen términos muy generales„Ÿ algo de lo que pensamos que vale la pena tener en cuenta cuando se sostiene desde una perspectiva republicana la ruta política hacia una posible “sociedad de RB”. Pensamos que es necesario evitar posibles e importantes errores. Nos parece que sería erróneo: (1) sostener que la RB constituye una medida meramente técnica y, por tanto, apolítica, lo mismo que (2) también lo sería afirmar que la RB tiene per se naturaleza anticapitalista, como también sería erróneo sostener que la RB no es una medida merecedora de consideración porque no es condición suficiente para poner fin al capitalismo. Hacen falta cuidadosas dosis de análisis consecuencialista para evaluar normativamente, en el marco del ideal republicano, los muy diversos escenarios que podrían emerger de los muy diferentes tipos de RB que pueden aplicarse.
David Casassas es miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO y secretario del Basic Income Earth Network. Daniel Raventós es miembro del Comité de Redacción de SINPERMISO y presidente de la Red Renta Básica. Su último libro es Las condiciones materiales de la libertad (El Viejo Topo, 2007).
Traducción para www.redrentabasica.org y www.sinpermiso.info: Daniel Escribano
Fuente: www.redrentabasica.org
ALEJANDRO CARBÓ
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Alejandro Carbó Ortiz nació en Paraná el 16 de abril de 1862 y murió en
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