Por César Arrondo (*)
En este sentido, los militantes de la Unión Cívica Radical se comprometieron a llevar adelante la lucha contra el fraude, la limitación de los derechos políticos de las mayorías, los privilegios de las minorías, todo ello en el marco de la idea de la “Reparación”. Acababa de nacer la Unión Cívica Radical.
Cuando Miguel Juárez Celman fue investido como presidente, en 1886, comienza a gestarse, en medio de la crisis económica, política y moral por la que atravesaba el país, la posibilidad de instrumentar un cambio en el sistema político vigente.
En este sentido, hacia el año 1889, un grupo de jóvenes se reunió en la ciudad de Buenos Aires, más precisamente, en el Jardín Florida, con el propósito de poner en marcha una agrupación política, a la que denominaron Unión Cívica de la Juventud, que tendrá, entre sus fines fundacionales, el de luchar por la pureza administrativa, los derechos políticos de las mayorías y el sufragio universal, como así también poner fin al proceso de extranjerización de la economía, el endeudamiento y la dilapidación de los dineros públicos.
Más allá de los jóvenes convocados a estos actos cívicos, concurrieron diversas personalidades de la política, entre ellos, Leandro Alem, Bartolomé Mitre, José Manuel Estrada y Pedro Goyena, quienes tampoco estaban de acuerdo con el sistema político fraudulento y excluyente que gobernaba la República.
En tal sentido, la Unión Cívica de la Juventud naturalmente se fue convirtiendo en la Unión Cívica, la cual será presidida por Leandro Alem, según lo determinaron sus militantes constituidos en la asamblea que tuvo lugar en el “frontón” de la calle Florida.
En tanto, la crisis política se acentuó en el mes de abril de 1890, cuando el presidente Juárez Celman pretendió designar a dedo a su sucesor, todo ello en medio de una crisis financiera que produjo la renuncia del gabinete presidencial en pleno. La revolución del 90, entonces, está en marcha, y es la causa de una primera grieta en el nuevo espacio político. En los días previos a la gesta revolucionaria, Mitre viajará a Europa, luego de mantener una sospechosa reunión con el Presidente de la República.
Así, el 26 de julio de 1890 estalló la asonada, cuyo fin era derrocar a Juárez Celman e implantar la República democrática. Pero la misma será traicionada desde adentro por los militares y militantes que respondían a Bartolomé Mitre.
La revolución ha sido vencida, pero el gobierno está muerto. Esta frase ilustra la renuncia de Juárez Celman, a quien reemplazará Carlos Pellegrini y Julio Argentino Roca como ministro del Interior. A todo esto, los militantes de la Unión Cívica solicitaron una reunión de su Plenario Nacional, la cual fue convocada para enero en la ciudad de Rosario.
La reunión finalmente tuvo lugar el 15 de enero de 1981, y asistieron a la misma unos 111 delegados de todo el país. Las deliberaciones duraron dos días, y lo más importante fue la aprobación de una nueva formula presidencial para las elecciones que tendrían lugar una vez que Pellegrini cumpliera el mandato presidencial, si bien Mitre continuaba en Europa: Bartolomé Mitre-Aristóbulo del Valle.
A su regreso, Mitre fue recibido en el puerto por seguidores de la Unión Cívica, entre los que no se encontraba Leandro Alem. Pero Mitre y Roca tuvieron una serie de encuentros, y de los mismos surgió la fuerte posibilidad de una fórmula presidencial mixta entre los cívicos y el PAN, que encabezará Bartolomé Mitre.
De modo que esta posibilidad se superpone con la candidatura de Mitre por la Unión Cívica, tal cual lo resuelto en Rosario. La situación de Mitre era muy compleja, ya que se estaba quedando en minoría, y Alem convocó al Comité Nacional, del cual era su presidente, que se reunió un 26 de julio de 1891, en el Comité de la Unión Cívica, situado en la calle Cangallo 536 de Buenos Aires.
De la reunión participaron, entre otros, Martín Yrigoyen, Marcelo T. de Alvear, Hipólito Yrigoyen, Francisco Barrotaveña, quienes aprobaron convocar a la Convención Nacional en forma urgente. A todo esto, Mitre y su sector minoritario se reunieron por separado y, como resultado de las deliberaciones, aprobaron el acuerdo con Roca y dieron forma a un nuevo partido político: la Unión Cívica Nacional.
El sector mayoritario de la Unión Cívica convocó a la Convención Nacional, que se reunió el 9 de julio, si bien una semana antes el Comité Nacional había hecho pública una declaración donde se dejaba en claro la separación de los acuerdistas que adherían a Mitre.
Será un 26 de junio de 1891 cuando, en una reunión del Comité Nacional de la Unión Cívica, a la que no concurrirán los acuerdistas, que ya habían incumplido lo aprobado en la convención de Rosario, se tomó la determinación de denominar al sector mayoritario “Unión Cívica Radical”. De inmediato, su presidente, Leandro Alem, convocará a sus pares para redactar un documento, que se denominó “A los pueblos de la República”.
Ese escrito se dio a conocer en la reunión de la Convención Nacional, que se desarrolló el 2 de julio de 1891, y fue el primer documento del radicalismo, en cuyo texto se describían lo hechos políticos que llevaron a tomar la determinación de organizar un nuevo partido político y, además, el compromiso de mantener los principios y banderas que dieron origen tanto a la Unión Cívica de la Juventud como a la Unión Cívica.
En este sentido, los militantes de la Unión Cívica Radical se comprometieron a llevar adelante la lucha contra el fraude, la limitación de los derechos políticos de las mayorías, los privilegios de las minorías, todo ello en el marco de la idea de la “Reparación”. Acababa de nacer la Unión Cívica Radical.
(*) Profesor de Historia y docente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Fuente: Agencia NOVA www.agencianova.com
ALEJANDRO CARBÓ
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Alejandro Carbó Ortiz nació en Paraná el 16 de abril de 1862 y murió en
Córdoba el 1º de julio de 1930. Se destacó como docente y legislador. Tres
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