jueves, 4 de abril de 2013

Efectos de la falta de planificación y coordinación interjurisdiccional


Por Elva Roulet
Las fuertes lluvias caídas sobre la ciudad de Buenos Aires y sus zonas aledañas han provocado una verdadera catástrofe con costo de vidas humanas, pérdidas materiales inmensas, interrupción de servicios indispensables como la luz eléctrica, alteración de las comunicaciones y del transporte que afectan a decenas de miles de personas. Este escenario de verdadero caos es el resultado de la falta de planificación y coordinación de los problemas urbanos por parte de las jurisdicciones responsables.
En 1984, hace 29 años, los gobiernos de la provincia y de la ciudad de Buenos Aires firmaron un convenio que creaba una entidad conjunta, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), a la que adhirió la Nación por decreto del Poder Ejecutivo.
De este modo, las tres jurisdicciones comenzaron un trabajo coordinado para la realización del diagnóstico y la elaboración de proyectos y ejecución de las obras necesarias para un tratamiento integral de los problemas, entre los cuales la cuestión hídrica tenía un lugar destacado.
Entre otras, se pusieron en marcha las obras de sistematización de la cuenca del río Reconquista en una superficie total de 1700 km2, orientadas a resolver los problemas de una población de 500.000 habitantes del área anegada en las inundaciones de 1985. Se avanzó en el diagnóstico, y un equipo técnico específico, integrado por científicos destacados, estaba abocado al estudio del régimen hídrico de las cuencas involucradas.
El cambio de gobierno en la provincia de Buenos Aires, en 1987, significó el desentendimiento del proyecto y la desintegración de los grupos de trabajo (que fueron enviados a casa), lo que culminó con el abandono total por parte de las otras dos jurisdicciones involucradas, la Ciudad y la Nación, con el acceso del nuevo gobierno, en 1989. El AMBA había muerto.
Hoy, un cuarto de siglo después, las tres jurisdicciones no sólo se han desentendido del problema en su verdadera y grave significación, sin haber casi realizado obras de ningún tipo.
Más aún, se encuentran enfrentadas por mezquinas cuestiones políticas: el gobierno nacional, totalmente ausente, enfrentado con los gobiernos provincial y de la ciudad, negándoles los recursos que les debe y los avales para la obtención de los créditos que se necesitan para el financiamiento de las obras, y los gobernadores de ambos distritos, sin poder acordar ninguna política conjunta, como lo muestra claramente su enfrentamiento por el tratamiento de los residuos urbanos en el área metropolitana.
La falta de realización de las obras necesarias ha configurado el marco carenciado en el que esta tormenta excepcional produjo los gravísimos daños sufridos. Se hubieran mitigado sus efectos si se hubiera hecho lo que se debía y lo que hoy, a través de esta desgracia, todo el mundo advierte. Hoy nos preguntamos hasta cuándo habrá que esperar para actuar con responsabilidad y racionalidad. Ya se ha sacrificado el bienestar de una generación de ciudadanos que merecen vivir mejor..

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