miércoles, 16 de abril de 2008

Carta Abierta al Sr. Vicepresidente de la Nación

Buenos Aires, 26 de Marzo de 2008
Sr. Vicepresidente de la Nación
Ing. Julio César Cleto Cobos
Su Despacho

De mi mayor consideración:
He tomado conocimiento a través del diario Perfil y otros medios periodísticos de sus actividades junto a su familia durante el último fin de semana largo en la provincia de Misiones. Hubiera sido mi deseo no tener que dirigirle estas líneas, pero lamentablemente dado que no he tomado conocimiento de declaraciones suyas desmintiendo esa publicación, me veo en la obligación moral de hacerle llegar la presente. Retomo el texto periodístico citado; allí se dice que Ud. arribó a Puerto Iguazú el pasado jueves a las 11.45 hs. en el avión presidencial Tango 10, junto a una comitiva de catorce personas, entre ellas su esposa Cristina, sus hijos Agustín, Virginia, María Eugenia y los novios de ambas. A través de la crónica es posible saber que Ud. y su familia realizaron distintas excursiones por el Parque Nacional, por los ríos Iguazú y Paraná, e incluso visitaron la represa de Itaipú. También se menciona que mantuvo algunas reuniones con miembros de la Asociación Hotelera, Gastronómica y Afines de Iguazú, que se informa corrió con todos los gastos de su estadía, excursiones, comidas, etc. Según el medio citado en algún momento, en relación a ese viaje Ud. expresó 'Hemos venido a conocer, a pasear, descansar y disfrutar. Lo bueno de esto es que uno recibe invitaciones de todos lados'. Frente a esta definición suya de los motivos de ese viaje me surgen algunas dudas que deseo transmitirle. No me parece mal que quien ocupa tan alta investidura como Ud., conozca el territorio al cual debe gobernar y tome contacto con las distintas realidades, aunque tal vez hubiera sido mejor que recorriera en automóvil cualquier ruta del país para conocer en forma directa otra realidad productiva que se expresa en estos días a la vera de las mismas. Pero la pregunta que me surge es: fue este un viaje oficial con una agenda oficial de actividades o como Ud. lo dijo, fue a 'conocer, a pasear, descansar y disfrutar'. Si fue un viaje oficial, lo cual justificaría el uso del avión Tango 10, por que lo hizo acompañado de su esposa, hijos y novios de sus hijas, en lugar de hacerlo con funcionarios de las áreas sobre las cuales versaría la visita oficial. Si en cambio solo fue un viaje de vacaciones a 'conocer, a pasear, descansar y disfrutar', como Ud. lo dijo, por que se trasladó en el avión presidencial y no lo hizo en un vuelo de línea o por otros medios a su cargo y costo. Ha dicho la Asociación Hotelera, Gastronómica y Afines de Iguazú, que ella corrió con los gastos de este viaje, seguramente lo han hecho con la sana intención de ser debidamente escuchados en sus reclamos y necesidades. Tal vez ellos no sabían algo que supongo Ud. conoce o al menos debería conocer: que la ley 25188 -de Etica en el ejercicio de la función pública- obliga a los funcionarios en ella comprendidos, por su artículo 2, inciso g), a 'Abstenerse de usar las instalaciones y servicios del Estado para su beneficio particular o para el de sus familiares, allegados o personas ajenas a la función oficial'. Y que en su artículo 18 determina que 'Los funcionarios públicos no podrán recibir regalos, obsequios o donaciones, sean de cosas, servicios o bienes, con motivo o en ocasión del desempeño de sus funciones'. No es mi intención referirme a sus procederes políticos, los cuales desde ya, no comparto para nada; pretendo ir más allá del debate sobre la caducidad o no de una ficha de afiliación. Pero no estaría de más, que Ud. que se sigue autoproclamando radical, a pesar de haber desconocido sistemáticamente todas las resoluciones orgánicas de la Unión Cívica Radical, recordara y adoptara como costumbre para su paso por tan alto cargo, la conducta con la cual transitaron por la función pública tantos hombres y mujeres del radicalismo. Por eso me permitiré recordarle solo algunos de ellos, por ejemplo, la austeridad de vida de Hipólito Yrigoyen; o la de Elpidio González –que ocupara su misma función- viviendo en la pobreza y vendiendo anilinas por las calles. Recordarle a Anselmo Marini -gobernador bonaerense- negándose a utilizar el auto oficial, aún para actos oficiales; o a Arturo Illia, devolviendo los fondos reservados, terminando su presidencia con menos bienes aún de los pocos que tenía al asumir; o a don Ricardo Balbín, viviendo siempre de su profesión, y dejando solo como herencia su casona en La Plata y un viejo Dodge Polara, ambos a la venta en estos días, por no poder ser mantenidos por sus descendientes. No quiero seguir ocupando su tiempo con tantos otros ejemplos que podrían sumarse, incluso de su provincia; basten estos solos para señalar que ser radical es mucho mas que el poseer una ficha de afiliación, es mantener una conducta política, es predicar y practicar una serie de valores donde la ética republicana, la austeridad, el cuidado de los fondos públicos, ocupan un lugar preponderante. Si al momento de recibir Ud. la presente, ha hecho pública ya la justificación de su actitud y demostrado lo erróneo de la información periodística, le pido mis disculpas y que no tenga en cuenta estas líneas. Si no lo hace, me quedará la sensación que ha abandonado Ud. lo último que podía quedarle de las enseñanzas de nuestra historia partidaria: las conductas morales. Sin otro particular, lo saludo muy atentamente.-

Pedro José Azcoiti
Diputado de la Nación

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